TEMA
8.- FUNDAMENTOS DE SOCIOBIOLOGÍA
09/02/2015
José
Luis Vaquerín - Nez -
SELECCIÓN
SEXUAL: LA HEMBRA ELIGE MACHO
La crianza de la
progenie es una inversión ingente para la mayor parte de las hembras
y en teoría, mucho mayor que la de los machos. Cada vez que se
engendra un hijo la madre pone el 50% de los genes y el padre el otro
50%. Pero un 50% de riesgo genético es mucho riesgo ya que la hembra
no puede evaluar objetivamente los genes del macho. Por tanto, las
hembras sólo pueden seleccionar a su pareja por las apariencias.
Y el problema es saber cual es el macho óptimo.
Objetivamente los máchos
óptimos serían los más dotados tanto en términos
físicos (salud, belleza, inteligencia ) como
económicos (poder, recursos,...) este aspecto sólo
es clave en las especies que participan en la crianza.
En la naturaleza, ambos
aspectos suelen ir juntos: territorio, vigor, salud, belleza
masculina, inteligencia natural y ambos influyen en la probabilidad
de supervivencia y de éxito reproductivo de sus descendientes.
Pero la inteligencia
humana ha tergiversado un poco las cosas hoy por hoy, la inteligencia
no siempre va acompañada de la riqueza y viceversa, lo que no quiere
decirse que uno de los 2 aspectos haya desbancado al otro.
Sin embargo, es claro el
tiempo que se tardan en elegir los méritos biológicos de los
candidatos. Este tiempo es el que gastan los varones en cortejar a
las mujeres y probablemente, la conducta masculina que constituye el
cortejo. La estrategia
de seducción, es un factor más de los que determinan la
elección femenina, porque probablemente, el cortejo obliga al varón
a demostrar a la mujer que detrás de las buenas apariencias hay una
realidad biológica objetiva e incontrovertible. Además, hay
variables biológicas, como la inteligencia, que sólo se pueden
poner a prueba a través de la conducta, por lo que las mujeres
estarán más interesadas en el cortejo que los hombres,
precisamente porque las permite valorar algo cuya valoración
requiere prubas y tiempo. Puesto que los datos referidos a humanos
pueden resultar algo confusos a priori, tal vez sea conveniente
abordar la cuestión de la selección sexual propia de la hembra
desde una perspectiva comparada. Tres son los criterios posibles que
pueden utilizar las hembras para seleccionar pareja:
- por sus recursos
- por sus genes
- por su belleza
Aunque estos criterios
no son excluyentes entre sí y una misma hembra puede ponderarlos
todos simultáneamente lo normal es que predomine uno.
SELECCIÓN POR RECURSOS
Cuando los recursos son
escasos y pueden ser acaparados, los machos pueden desarrollar
estrategias para controlarlos en exclusiva: territorio, comida y sólo
lo comparten con aquellas hembras que acepten un intercambio sexual:
el macho aporta recursos para 2 o más hembras y sus crías. Ésta
puede aceptar compartir con otra los recursos de un macho a pasar con
otro macho de un territorio menos fértil. Esto se denomina
Poliginia. En este caso destacar
que en este tipo de especies no se da un dimorfismo
sexual.
SELECCIÓN POR GENES
Se observan las
apariencias fenotípicas de los machos y se “supone” que estas
apariencias guardan relación con los genes subyacentes.
El aspecto
saludable de un macho es un indicio de que sus genes
le han permitido alimentarse bien y resistir a las enfermedades, asi
que es probable que los genes de este macho se transmitan. Otra
estrategia para detectar buenos genes en los machos a disposición de
las hembras sea promover la competición
entre machos.
SELECCIÓN POR LA BELLEZA
Puede parecer que
seleccionar pareja con un criterio puramente estético pueda parecer
no ser biológicamente adaptativo. Sin embargo, es posible entenderlo
si partimos de el supuesto de que las hembras,
todas, tienen una determinada sensibilidad estética
que les lleva a preferir un tipo de macho. La cuestión acerca del
beneficio que supone el aspecto estético en los machos a las hembras
es que probablemente sus descendientes masculinos tengan ese mismo
rasgo y lógicamente, serán preferidos por las hembras de la
siguiente generación, con lo que se aumenta la probabilidad de tener
nietos por parte de las hembras que así se conducen. Esto se
denomina selección sexual Fisherina
SELECCIÓN SEXUAL: EL
MACHO ELIGE HEMBRA
Un macho sólo tiene
que invertir un poco de semen y algo de su tiempo en la reproducción,
en caso de que se inhiba de la crianza. Tanto en estos casos como en
caso de que el macho comparta con la hembra los esfuerzos en sacar
adelante a la prole, hay que esperar un cierto grado de selección de
la hembra por parte del macho, selección encaminada a emparejarse
con aquella hembra con más perspectivas de proporcionar el mayor
número de descendientes con la máxima capacidad para criarlos y que
sobrevivan hasta la edad adulta. En cierta medida podríamos decir
que la selección es mutua. En las especies prentendidamente
monógamas existe el riesgo de que los hijos de alimenta y cuida el
macho no hayan sido engendrados por él, sino por otro macho.
Experimentos demostraron que otro criterio de selección del macho es
la apariencia de fidelidad de la hembra.
Esta amenaza de suplantación paterna ha podido seleccionar la
aparición de estrategias conductuales encaminadas a evitarla: los
celos sexuales con su secuelas de pesquisas, investigaciones, y
ansiedad ante la ausencia de la pareja y las amenazas y agresiones a
otros machos. Es muy frecuente que en este contexto de celos aumenten
las cópulas, lo que en teoría, aumenta la confianza del macho en su
paternidad (al menos en teoría..... )
SELECCIÓN SEXUAL: EL
MACHO COMPITE CON OTROS MACHOS
Los machos suelen
competir entre sí, a veces ferozmente, por acceder a las hembras.
Esta competición puede adoptar 3 formas:
- agresión pura y dura
- exploración en busca de hembras
- competición por ser elegidos por las hembras mediante cortejo
En las especies
competitivas, ésta puede ser promovida por las hembras y suele haber
un notable dimorfismo sexual. En ocasiones, se ha relacionado este
dimorfismo con el hecho de que el macho no realiza inversión
parental. Y también se ha relacionado con el tipo de emparejamiento.
Lo más probable es que los tres aspectos del dimorfismo sexual estén
relacionados: lucha, inversión parental y poliginia.
COMPETICIÓN MEDIANTE AGRESIÓN
EXPLORACIÓN EN BUSCA DE HEMBRAS
Cuando las hembras
viven dispersas, una manera de aumentar el éxito reproductivo del
macho es ser capaz de encontrar y aparearse con el mayor número de
ellas. En la estación de apareamiento los machos viajan más y se
alejan más de su territorio.
COMPETICIÓN MEDIANTE CORTEJO
Las hembras son muy
sensibles al cortejo masculino. Puesto que lo más seguro es que cada
hembra elige, en las especies en las que es posible hacerlo, al macho
mejor de entre los que se le acercan, por lo que cada macho se
esforzará en demostrar a cada hembra que es mejor que cualquiera de
los machos accesibles, y eso es lo que pretenden las conductas de
cortejo con sus exhibiciones, despliegues, gestos, estimulaciones,
etc..
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